jueves, 5 de diciembre de 2013

Enseñando baloncesto en Pekin.

 

Por encima de guerras y diferencias, siempre hubo lenguajes sencillos que hicieron entenderse a las personas, sin intermediarios, sin aprendizajes difíciles. Uno de ellos es la música, otro es el deporte. Elijamos un país cualquiera, preguntemos a quien sea... Es muy probable que pronuncie con acento claro las palabras "la Roja, Barcelona, Real Madrid, Rafa Nadal"; España es eso para mucha gente, mal que les pese a los venden otra cosa y a los políticos que nos arruinan. Opiniones aparte, es un hecho constatado. En Pekín, además, a título de curiosidad, los taxistas nos conocen como el país de los toros. No sé por qué razón pero así es. Te subes a un taxi, dices que eres español y ¡zás! el tipo te espeta "¡Xibanya dou niu!" (¡España, toros!).
Volviendo al tema principal, en Pekín vive y trabaja David Gros, un español que se dedica precisamente a la enseñanza del deporte como forma de establecer vínculos, relacionarse y educarse. David imparte clases de baloncesto y educación deportiva a niños chinos y de otras nacionalidades cuyas familias residen en la ciudad. Parece sencillo, pero aquí, donde los hábitos saludables y el ejercicio físico forman parte de la cultura, el aprendizaje de los deportes no está muy sistematizado fuera del ámbito de la competición. David introduce a estos escolares en la técnica del basket a través de un entrenamiento bien estructurado, convirtiendo su práctica en un capítulo educativo más.



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